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Hoy en día aún hay mujeres que dejar de hacer ejercicios de fuerza por la falsa creencia extendida de que se van a poner muy "cachas o musculosas", cosa que afortunadamente no es cierta.

Se ha demostrado que la actividad física diaria y los entrenamientos de fuerza son un método efectivo para mejorar la capacidad de generar fuerza muscular, incrementando la masa ósea, el área transversal del tejido muscular y conectivo, reduciendo la presión sanguínea, la grasa corporal y reduciendo el riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles.

Este mito se debe a que a mediados de los años 80 empezó a desarrollarse el culturismo femenino, pero no se hablaba de las ayudas externas que se tomaban para conseguir esos físicos tan llamativos.

El entrenamiento de fuerza constituye un componente fundamental tanto para alcanzar rendimiento deportivo, desarrollo de salud óptima, para optimizar los procesos de rehabilitación y reducir el riesgo de lesiones. 

Para conseguir estos resultados, es importante que estén bien periodizados y adaptados a cada mujer por un entrenador personal.

Por tanto, es un error asociar ese estereotipo de mujer con un entrenamiento de fuerza adaptado a la mujer. 

La testosterona en mujeres es 15 veces menor que la de hombres, afectando así al nivel muscular de las mujeres, por lo tanto es improbable que la mujer desarrolle el mismo músculo que los hombres. 

Asi que olvidemos los mitos generados para los entrenamientos de fuerza en mujeres y busquemos entrenadores personales que puedan adaptar el entrenamiento a la mujer, ya que además de para verse bien, entrenar debería ser un hábito para mejorar la calidad de vida.

 

Recuerda, ¡Vive el Momento, Respira Salud!